jueves, 14 de abril de 2011

La Libertad de lo Femenino


Hace tiempo que sabía que no tardaría en llegar el día en que tendría que dar forma a reflexiones, estudios y vivencias que se agolpan en torno a lo femenino.  Pero de todas las cosas, el ser madre, ha sido lo que me ha puesto en contacto directo con la esencia de lo femenino. Y pareciera que esto es la antítesis al feminismo, a nuestra libertad (esa liberación de las obligaciones impuestas por la sociedad), ¿tanto nos hemos dejado engañar? Pues sí,  creo que no somos todavía conscientes de lo que nos hemos dejado engañar.  La libertad de la mujer no es ser como los hombres, ni tener sus privilegios. No es ser más individualista que ellos y más narcisista. Y muchos dirán, y con razón, que ni son así ni quieren serlo. ¿Podemos, hombres y mujeres, trascender nuestra cultura, nuestra educación, nuestro entorno? ¿Podemos trascender lo que creemos que es nuestra esencia? Me gustaría ir desgranando ese misterio que tiene tantas facetas como el diamante mejor tallado. Pero el diamante no es importante por lo hermoso que puede lucir, sino por la esencia de lo que está hecho. Sin embargo la esencia femenina es un misterio por descubrir. Empezando por nosotras mismas y deteniéndonos desde nuestra contemporaneidad al pasado, en cada hito de la Historia que rebosa promesas de libertad. ¿Trabajar y ser madre es ser más libre que realizar una sola de las dos cosas? ¿Vivir aislada, llena de individualidad nos hace más independientes? ¿Qué atributos femeninos han ocupado un lugar de prestigio en la sociedad que no pasen antes por convertirte en esclava de la apariencia?